martes, 5 de junio de 2007

No te enfades si no te saludo

Soy bastante despistado. Aunque a veces recuerdo una cara cuando la he visto con anterioridad, en el dudoso caso de que la recuerde, me cuesta relacionarla con el nombre. Son muchas las veces que veo una cara familiar, pero como no recuerdo el nombre o de que conozco esa cara, pues para no hacer el ridículo no entro al trapo. El despiste y las dificultades intrínsecas de asociación nominofacial provoca innumerables quejas de conocidos acerca de que me vieron en tal o cual sitio y que no les saludé. Vamos que parezco un antisocial de tomo y lomo.

Como no hay jodienda sin propósito de enmienda, un día me propuse cambiar. Ser lo que algunos llaman "social". O lo que mi mamá me enseñó sobre la educación cuando me hacía saludar a sus tías abuelas como si las conociera de toda la vida y me obligaba a dar un par de besos a unas caras arrugadas que además pinchaban.

Convencido con el nuevo desempeño, iba caminando por el Paseo de Gracia cuando observé que una bonita chica me miraba variaba su rumbo en inexorable colisión con el mío. Blandía una hermosa sonrisa. Ya está -me dije- ni idea de quién es, pero hoy es día de cambio. Así que sin terciar rodeo alguno, le espeté dos sonoros besos en sendas mejillas, a la vez que iniciaba una inocua conversación sobre el tiempo, la cantidad de gente que había en la calle y alguna tontería más que no viene a cuento.

En paralelo, la cara de la chica migraba de la bonita sonrisa inicial a la de la perplejidad más absoluta. Fue una curiosa metamorfosis en la que su boca se cerraba al mismo tiempo que sus ojos se abrían como los de un besugo. Como soy muy perspicaz y me doy cuenta de los pequeños detalles, derivo la conversación a un directo "porque nos conocemos de ..." a lo que ella encadena con un "... nada, yo sólo quería venderte unos boletos para el sorteo del viaje de fin de carrera."

Tras el estrepitoso fracaso, decidí no cambiar. Así que si te veo y no te saludo, no te molestes, no es intencionado. Es que soy así, que le vamos a hacer.

PD: Por supuesto, le compré unos cuantos boletos, pobrecilla.

2 comentarios:

L_Y_R dijo...

jajajaajajajjajaajajajajajajajajajajajajajajajajajaj genial!!!!! como me gustan estas situaciones!!!! jajajaajjajajaaj

Luigi dijo...

Niña mala, pues cuando te vea por la calle, aunque no te conozca, pienso darte dos besos :-)