lunes, 2 de julio de 2007

Encogiendo...

Otro día más. Otro de esos que se antojan largos, que parecen no acabar nunca. Luce el sol esplendoroso. Como la yema de un huevo. Un huevo frito con puntillas, la yema al punto, ni dura ni cruda, acompañado de patatitas souflé crujientes, con el toque justo de sal. La vecina sale a comprar el pan acompañada de su perro, un perro salchicha, delicioso, abrigado por sendas mitades de una crujiente baguette y acompañado de bacon ahumado, cebollita confitada y dos chorretones de mostaza y ketchup. Cruzo el seto, verde como un campo de espinacas, rehogadas con tocinito, pasas y piñones. A mi lado, esperando a que el semáforo de peatones se ponga en verde, una señora mayor tiene una cara redonda como una pizza cuatro estaciones, con doble de queso, champiñones, jamón cocido, anchoas y bonito en aceite. Pienso en lo primero que tengo que hacer al llegar a la oficina. Espero que el maldito proveedor me haya entregado el material solicitado, si no le hago picadillo. Como el filete cuando se mete por la picadora y observas como por los agujeritos aparece, meloso, el picadillo para preparar unas albondiguillas mar y montaña, a base de una salsa de sofrito pochado lentamente -hay que evitar que la cebolla se queme- y acompañado de sepia troceada y langostinos, de Huelva preferentemente. Paso por el departamento de compras a ver que noticias me da del puñetero proveedor. La administrativa es bajita y rechoncha, lleva un perfume con ligero toque a mandarina, así que la pelo y me como sus gajos jugosos, dulces y ligeramente ácidos. El material aún no ha llegado, así que tendremos que hacer un arroz caldoso de bogavante como plan alternativo antes de que nuestro cliente monte en cólera por el retraso.

Hoy será un día muy largo, tremendamente largo… todos son largos desde que empecé la dieta y encima no me quito esta canción de la cabeza




9 comentarios:

gemmacan dijo...

Calla, calla, calla, que se me está poniendo una cara de cogollo de Tudela que ni te cuento. Qué tristeza proporciona la dieta, qué verde es todo, que aburrido. No deja una de tener sueños eróticos con un entrecotte a la pimienta, con un chorizo de cantimpalo, con un cucurucho de dulce de leche.
Parezco una babosa arrastrándose por una hoja de lechuga.
¿Seremos más felices una vez encogidos?

Luigi dijo...

Sin duda, cuanto menos eres, más fácil de saciar :)

Mr.Incógnito dijo...

Tenga usted cuidado, no me vaya a confundir el teclado con una tableta de chocolate y la tenemos...ahora que la miro bien...

zxol

añsi

Buehg...algo durilla.

Dante Bertini dijo...

soy la cuarta visita.
buen provecho.

gemmacan dijo...

Hay que ver el hambre que tienen algunos (léase el señor ese que va de incógnito)

Luigi dijo...

Puede que teclado sepa mejor que el ratón al horno... ha quedado hecho un burruño incomible y ahora me las veo y deseo para mover el puntero.

gemmacan dijo...

Peor es comerse la pantalla, dónde vas a parar!
Y uego e edan unos ozos de istal enre os ientes e on ú olestos.

vaderetrocordero dijo...

Coño, y yo sin cenar!

Luigi dijo...

India: La ventaja de la pantalla es que el cristal va bien contra el sarro.

Vaderetrocordero: Bienvenido también a esta humilde morada.